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Pensamientos renovados, vidas transformadas

Texto bíblico: Romanos 12:1-2

Introducción: Hoy examinaremos Romanos 12:1-2, una exhortación clave del apóstol Pablo para renovar nuestra mente y ofrecer nuestros cuerpos como sacrificio vivo a Dios. Esta renovación mental y espiritual con la Palabra de Dios y la guía del Espíritu Santo nos permite discernir y vivir la voluntad de Dios, experimentar una auténtica transformación y crecer en santidad (Santiago 1:15).

I. Ofrecer el cuerpo como sacrificio vivo (Romanos 12:1)

a) Rendir a Dios nuestra vida, nuestros deseos y voluntad, ya no nos pertenecemos a nosotros mismos, sino a Él.

b) Reconocer que somos propiedad de Dios y vivir en obediencia a sus mandamientos. c) Buscar su voluntad en cada área de nuestras vidas.

 

II. No conformarse a este mundo (Romanos 12:2a)

a) La adopción de valores y patrones del mundo puede ser peligrosa. No deberíamos seguir las tendencias y modas de la sociedad sino estar centrados en la Palabra de Dios

b) Renovar nuestra mente con la Palabra de Dios, una tarea activa de reemplazar pensamientos mundanos. c) Examinar nuestras acciones y decisiones a la luz de la Palabra de Dios para no ser influenciados por el mundo sino vivir conforme a los principios divinos.

 

III. La transformación por la renovación de la mente (Romanos 12:2b)

a) Llenar nuestra mente con la verdad de la Palabra de Dios, desechar pensamientos equivocados y actitudes que nos separan de la voluntad de Dios.

b) Practicar una vida de estudio y de meditación en la Palabra de Dios. c) Al renovar nuestra mente, somos transformados y podemos discernir cuál es la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios.

 

IV. Voluntad de Dios: lo bueno, agradable y perfecto

a) Experimentar la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios a medida que renovamos nuestras mentes y transformamos nuestras vidas.

b) Vivir en obediencia a su voluntad en todas las áreas de nuestra vida. c) Descubrir que hay bendición en seguir la voluntad de Dios.

 

V. Un proceso continuo

a) Perseverar en nuestra relación con Dios, reconociendo que la renovación de la mente es un proceso continuo.

b) Practicar la Palabra de Dios en nuestras vidas diariamente. c) No desfallecer en nuestra vida espiritual y la búsqueda de la voluntad de Dios.

 

VI. Con la ayuda del Espíritu Santo

a) Guiados por el Espíritu Santo para entender la Palabra.

b) Proporcionándonos la fuerza necesaria para obedecer la Palabra y vivir de acuerdo a sus mandatos. c) Crecer cada día más en comunión con el Espíritu y la Palabra.

 

Conclusión: Sigamos buscando la renovación de nuestras mentes a través de la Palabra y el Espíritu, para discernir y cumplir la perfecta voluntad de Dios, entendiendo que como una oruga se transforma en mariposa, así también podemos ser transformados en nuevas criaturas en Cristo. Alimentándonos de su Palabra cada día, y bajo la guía del Espíritu Santo, honraremos a Dios y reflejaremos Su amor al mundo que nos rodea.

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