Texto bíblico: 1 Corintios 4:20
«Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder«
Introducción: Hoy, más que nunca, enfrentamos un desafío crucial en la vida de la iglesia. Vivimos en un mundo que necesita desesperadamente el poder transformador del Evangelio, pero lamentablemente, en muchos casos, la iglesia parece estar perdiendo su esencia y su impacto. ¿Cuál es la razón detrás de esta falta de influencia? Exploraremos este tema a la luz de las Escrituras, especialmente en base a 1 Corintios 4:20, donde Pablo nos recuerda que el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder.
I: La superficialidad de la palabrería
a) La dependencia en la sabiduría humana – 1 Corintios 1:18 «Porque la palabra de la cruz es locura para los que se pierden; pero para nosotros, que somos salvos, es poder de Dios.»
b) La falta de poder en la elocuencia – 1 Corintios 2:4-5 «Y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.»
c) La advertencia contra la vanagloria – 1 Corintios 4:6 «Hermanos, esto, por amor vuestro, lo he presentado como una parábola; porque ni aun lo más mínimo de entre las cosas que deben hacerse, hago por mí mismo, para no dar lugar a que nadie me atribuya a mí la gloria.»
II: La ausencia del poder divino
a) La necesidad de la manifestación del Espíritu – 1 Corintios 2:4 «Y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder.»
b) La importancia de una fe arraigada en el poder de Dios – 1 Corintios 2:5 «para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.»
c) El testimonio del Evangelio respaldado por señales y maravillas – Hechos 1:8, Marcos 16:17-18 «Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.» (Hechos 1:8) «Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.» (Marcos 16:17-18)
III: El llamado a la autenticidad y la renovación espiritual
a) La urgencia de buscar la presencia de Dios – Hebreos 11:6 «Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.»
b) La invitación a la humildad y la dependencia en Dios – Santiago 4:10 «Humillaos delante del Señor, y él os exaltará.»
c) La promesa de renovación y restauración – 2 Crónicas 7:14 «si se humillare mi pueblo, sobre los cuales mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.»
Conclusión: La Palabra de Dios nos confronta con la realidad de que la iglesia no está cumpliendo su propósito cuando carece del poder transformador del Espíritu Santo. Nos llama a un arrepentimiento genuino y a un retorno a la autenticidad y la dependencia en Dios. Solo cuando la iglesia se vivifique y proclame el Evangelio con el respaldo del poder divino, veremos un impacto real en el mundo que nos rodea. Recordemos siempre que el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder. Que este mensaje nos motive a buscar fervientemente una renovación espiritual y a ser verdaderos agentes de cambio en un mundo que tanto lo necesita.